Cuando el vello crece hacia abajo en lugar de hacerlo hacia arriba, queda atrapado debajo de la piel y entonces se produce un vello encarnado. En algunos casos se puede formar un quiste, pero la buena noticia, es que esto lo puedes evitar usando un buen exfoliante corporal.

Aunque los vellos enquistados rara vez son dañinos, suelen ser muy desagradables y dolorosos, además si no se tratan pueden empeorar generando infección o extenderse al torrente sanguíneo.

Usar un buen exfoliante puede ayudar a que la piel luzca mejor de varias formas, es decir, puede iluminar la piel y mejorar la eficacia de los productos tópicos para el cuidado de esta y así ir aumentando su absorción. La exfoliación de forma regular también puede ayudar a evitar la obstrucción de los poros, lo que significa menos brotes, además al exfoliar la piel aumentas la producción de colágeno.

Si no se hace correctamente la exfoliación física, puedes irritar la piel y causar pérdida de agua transepidérmica, por esto lo recomendable es usar un suero humectante después de la exfoliación para reducir la irritación y retener la humedad.

Por último, debemos recordar que el objetivo de un buen exfoliante es purificar y oxigenar la piel, de esta manera quedará lista para cualquier tratamiento que te realices después. Además, se encargará de eliminar las células muertas y evitará los molestos vellos enquistados.